Contraste es un lugar que pertenece a una ciudad escondida:
Uno no se espera tocar aquel timbre, tener que abrir la puerta de hierro, atravesar el pequeño jardín y entrar en el salón de una antigua casa que está protegido de los ruidos de la ciudad.
En este espacio en blanco hay una mesa blanca que lo espera.
Luego poco a poco comienzan a llegar los cubiertos, vasos, platos, y una cena flexible que se presta a ser vista, olfateada, tocada, degustada.
Tomémonos el tiempo para comenzar.